Su visión espiritual
No hay dudas de que Sabato fue un creador y
un transmutante. Es de sobra conocida su historia personal, y su abandono de
las ciencias, donde estaba desarrollando una carrera promisoria y exitosa, por
el arte, cuando ya no tuvo dudas que el arte era su vocación y no la ciencia.
En la transición tuvo que pasar penurias, y
hacérselas pasar a su familia. Pero eso es parte del costo de seguir nuestros
sueños e ideales.
Sabato era un ser humano integral,
preocupado por las realidades de su época, tales como la política, la
problemática social, la cultura, y con una gran pasión por la literatura y el
arte en general. Y por eso hay un enfoque integral en sus novelas. Está la
dimensión humana, existencial, pero también están las grandes preguntas, las
preguntas metafísicas. En sus novelas y ensayos expresa permanentemente gran
inclinación por ellas, las cuestiones trascendentes, y se confiesa
creyente, cristiano, y psíquico. Un tema
que se repite es la búsqueda del Absoluto, y la conciencia de que existen otros
planos en la realidad, otras dimensiones.
Por eso sus novelas
son grandes novelas. Porque ninguna novela, si quiere ser profunda, puede
ignorar nuestra dimensión espiritual, tan real como nuestro cuerpo mortal.
Y me animo a decir que había en él una
fuerte inclinación mística, quizás no desarrollada de un modo sistemático,
aunque no es posible dudar de su profunda espiritualidad. Sus visiones y reflexiones acerca de temas esenciales surgen de una profunda
intuición, no de un razonamiento lógico.
Y un rasgo de la personalidad mística es ese
acercamiento a la realidad diferente, que no parte de la apariencia de las
cosas sino de su interioridad. El conocimiento del místico es un conocimiento
más allá de la razón, es un conocimiento puramente intuitivo, y eso es evidente
en Sabato: su visión de la realidad parte no tanto de su mente sino
principalmente de su intuición y percepción contemplativas.
Y al asomar su personalidad, en sus ensayos
o en su última novela (en la cual se convierte a sí mismo en personaje), no
vacila en mostrar su extrema valoración de este enfoque de la realidad, el que
se basa –para orientarse en la vida- en la intuición, en las sensaciones,
pálpitos y corazonadas, más que en la razón, a la cual repetidamente pone en
tela de juicio.
Así leemos:
“Frente a cuestiones
inefables es infructuoso tratar de acercarnos por medio de definiciones. La
incapacidad de los discursos filosóficos, teológicos o matemáticos para
responder a estos grandes interrogantes revela que la condición última del
hombre es trascendente, y por lo tanto, misteriosa, inasible.”
“Cada vez me ocupan menos
los razonamientos, como si ya no tuvieran mucho que darme… Momentos en que
navego sin preguntas mar adentro, no importan las lluvias ni los fríos. Y
otros, en que me amarro a viejas sabidurías esotéricas, y encuentro calor en
sus antiguas páginas como en las personas que me rodean y me cuidan”.
Sabato no duda
de la existencia de una Realidad Trascendente.
“Los hombres, desde que se encontraron
parados sobre la tierra, creyeron en un Ser superior. No hay cultura que no
haya tenido sus dioses. El ateísmo es una novedad de los tiempos modernos…”
“… la materia y el
espíritu no obedecen a las mismas reglas… son dos órdenes esencialmente
distintos…”
“…el corazón de los seres humanos es
inagotablemente desconocido y el poder del espíritu sobre la carne, milagroso.”
“El hombre no es un
simple objeto físico desprovisto de alma; ni siquiera un simple animal: es un
animal que no sólo tiene alma sino espíritu, y el primero de los animales que
ha modificado su propio medio por obra de la cultura.”
“…hoy se tiene tanto
terror a la muerte; se ha convertido en un tabú. Ya casi no hay velatorios...
En cuanto nos descuidemos, habremos dejado de compartir ese misterioso momento
en que el alma se retira del cuerpo, en que éste queda tan muerto como queda
una casa cuando se retiran para siempre los seres que la habitan y, sobre todo,
que sufrieron y amaron en ella.”
Y es evidente su atracción por los temas
esotéricos. Reconoce y honra a los fenómenos psíquicos, paranormales, y hay en
sus novelas constantes alusiones a temas del ocultismo. También sé, por una
comunicación privada, que le gustaba el Tarot.
Veamos estas citas:
“incerteza que me había
impedido tener un horóscopo preciso” (se refiere al 24 de junio, su fecha de
nacimiento, sobre la cual había alguna confusión, y además dice que es uno de
esos días donde se reúnen las brujas).
Acerca de su apellido: “derivado de Saturno, Angel de la soledad en la Cábala, Espíritu del Mal para ciertos ocultistas, el
Sabath de los hechiceros.”
“Al desprenderse el alma
del cuerpo se desprende de las categorías del espacio y el tiempo, que rigen
solo para la materia, y puede observar un puro presente… la única forma a mi
juicio de explicar la premonición, la videncia, todo eso… alma que viaja
durante el sueño y puede ver cosas del futuro, ya que se libera del cuerpo, que
es lo que en el hombre lo encadena en la prisión del espacio y del tiempo…. Y
lo que todos logramos en el sueño, los místicos y los poetas lo alcanzan
mediante el éxtasis y la imaginación.”
“…conocía sus condiciones
de vidente…” (en relación a M. , o sea Matilde, su
esposa)
“Creo en el
desdoblamiento del cuerpo y del alma, porque de otro modo es imposible explicar
las premoniciones (he escrito un ensayo sobre eso, usted lo conoce). También la
reminiscencia… tuve la sensación confusa pero firme de que esa escena la había
vivido alguna otra vez… Durante la infancia he sentido de pronto que hablaba y
me movía como si fuera otro… el desdoblamiento… en los que como yo, somos
propensos a sufrirlo de modo espontáneo.
“… tenía algunas
importantes cosas que consultarme sobre alquimia.”
Es muy consciente de la lucha permanente
entre el Bien y el Mal, lucha que se da también en los planos suprafísicos:
“…combatir contra las entidades que lo
mantenían inmovilizado… Quizás imaginaban que era una especie de obra maestra a
favor del Bien, pensaba Sábato… ponerse del lado de las potencias luminosas…
agente de las potencias tenebrosas… potencias negativas… fuerzas malignas…
¡Usted está tomada por la Entidad que lucha contra el señor Sabato!...”
“… para desenmascarar a esos agentes, hay que
ser un creyente como yo, no un escéptico como él… algunas predicciones que se
cumplieron… logias ocultistas… proceso demoníaco… un iniciado y vidente… el
Ocultismo nos enseña…”
Acerca del karma: “ya los hindúes, que
eran un poco menos burdos que nosotros … sostenían que en cada existencia se
purgan los pecados de la existencia anterior…”
Cuando se refiere a las realidades
trascendentes, no hay dudas sino certezas. Sus dudas se limitan al plano
existencial, son dudas morales, existenciales. ¿Tiene sentido la literatura
cuando hay niños que mueren de hambre? se pregunta el personaje Sabato en su
novela Abaddon el exterminador.
Pero frente a lo trascendente no duda. Cree, sabe, siente… y así lo expresa.
“El sonambulismo.¿Adónde
iba cuando me levantaba de niño?... Mi cuerpo iba a la sala, al cuarto de mis
padres. ¿Pero mi alma?... el alma divaga por ahí.”
“… las fuerzas invisibles
que operan sobre nosotros”
“… si no estuviera
encarnado en esa carroña podrida o a punto de podrirse que es mi cuerpo…”
Continúa en Ernesto Sabato (2)
Todas las
citas son de Abaddon el exterminador (su última novela) y de uno de sus
últimos libros, que es casi como su testamento ideológico: La Resistencia.
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