Desazones y alborozos de la creación
literaria
Mientras escribía mi primera novela, me
resultó de gran ayuda leer los testimonios de algunos grandes escritores sobre
sus vivencias durante el acto creativo y comprobar que ellos habían atravesado
los mismos altibajos que yo estaba atravesando.
Esfuerzo, malestares físicos y agotamiento;
dudas, insatisfacción y falta de inspiración; o todo lo contrario, fluidez,
satisfacción, profundas alegrías, en suma: tremendos altibajos, son algo que
por lo visto sentimos todos, más allá de nuestra dimensión como escritores, y
comprobar que algunos grandes de la historia literaria, como Franz Kafka o
Gustave Flaubert, habían pasado por las mismas experiencias, me fue de gran
ayuda.
Creo que este post también podría ser de
ayuda para l@s escritor@s que a veces se desaniman.
Acerca del enorme trabajo que significa escribir,
y de todo lo que implica la creación literaria
Flaubert
“Llevo quince años
largos trabajando como una mula. He pasado toda mi vida en esta obstinación de
maniático, excluyendo y encerrando en jaulas mis otras pasiones, yendo a verlas
solo de vez en cuando para distraerme. ¡Oh, si alguna vez llego a hacer una
obra hermosa, bien la habré ganado!”
“A veces me dan ganas de llorar. Para escribir
hace falta una voluntad sobrehumana, y yo no soy más que un hombre… veinte
páginas en un mes y trabajando cada día lo menos siete horas.”
“Desde que me viste he hecho veinticinco
páginas en limpio (veinticinco páginas en seis semanas)… tanto las he
trabajado, copiado y vuelto a copiar, cambiado, manipulado, que por un momento
no veo nada; pero creo que se sostienen.”
Kafka
“Me preguntas por mis
vacaciones de Navidad… estuve firmemente decidido a emplear este tiempo sólo en
mi novela, acaso para darle término ya…”
“Así que ahora daré un
paseo, cosa que en sentido estricto no he hecho desde hace varios días. Luego,
hacia las seis, me acostaré y si es posible, procuraré dormir, hasta la una o
las dos. Quizás lograré entonces hacerme de nuevo con la novela y escribir
hasta las cinco de la mañana, no más, pues a las seis menos cuarto sale mi
tren.”
“Es preciso continuar trabajando, ha de ser
posible a pesar del insomnio y de la oficina.”
Vargas Llosa
“Creo que solo quien
entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa
vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a
ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda.”
“Siempre habrá en una
ficción o un poema logrados un elemento o dimensión que el análisis crítico
racional no logra apresar. Porque la crítica es un ejercicio de la razón y de
la inteligencia, y en la creación literaria, además de estos factores,
intervienen, y a veces de manera determinante, la intuición, la sensibilidad,
la adivinación, incluso el azar, que escapan siempre a las redes de la más fina
malla de la investigación crítica. Por eso nadie puede enseñar a otro a crear;
a lo más, a escribir y leer. El resto se lo enseña uno a sí mismo y se aprende
tropezando, cayéndose y levantándose, sin cesar.”
Acerca de los sufrimientos, de la falta de
inspiración,
de la insatisfacción con lo escrito
Flaubert
“En el punto en que
estoy, este libro me tortura de tal modo (y si encontrara una palabra más
fuerte la emplearía) que a veces estoy enfermo físicamente. Hace tres semanas
que tengo mareos como para desmayarme, otras veces son opresiones, o bien ganas
de vomitar en la mesa.”
“Hoy he pasado todo el
día, y hasta ahora mismo, tumbándome en todos los sitios de mi despacho, sin
poder no sólo escribir ni una línea, sino ni siquiera encontrar una idea, un
movimiento. Vacío, vacío completo.”
Kafka
“¡Mi novela! Anteayer
por la noche me declaré totalmente vencido. Se me está dispersando, ya no soy
capaz de abarcarla, es probable que no escriba nada que no tenga alguna
relación conmigo… Todo este asunto tiende a sufrir mayores daños si continúo
trabajando que si la dejo reposar por algún tiempo. Por añadidura, desde hace
una semana duermo como si estuviera de guardia: me despierto sobresaltado a
cada instante. Los dolores de cabeza se han convertido ya en un fenómeno regular
y otros nerviosismos menores y cambiantes tampoco dejan de actuar sobre mí. En
resumidas cuentas: dejo de escribir por entero y me dedicaré a descansar de
momento durante una semana, pero en realidad quizás llegue a hacerlo más
tiempo. Ayer por la noche ya dejé de escribir, y de inmediato he gozado de un
sueño incomparablemente mejor.”
“Querida, hoy estoy
demasiado cansado y también demasiado insatisfecho con mi trabajo (si tuviera
las suficientes fuerzas para acatar mis más íntimas intenciones, estrujaría
todos los papeles que llevo escritos de la novela y los arrojaría por la
ventana)…”
“… llegué a la irrebatible convincción de que,
en conjunto, solo el primer capítulo había nacido a partir de una verdad
interna, mientras que todo lo demás… había de ser desechado. Así pues … para
esta historia he escrito quinientas cincuenta páginas inservibles.”
Acerca de lo importante que es corregir y volver a
corregir, a pesar de que cansa, desanima, y parece que nunca termina
Flaubert
“Llevo siete días en
estas correcciones, tengo los nervios de punta, me apresuro y habría que hacer
esto lentamente, descubrir en todas las frases palabras que cambiar,
consonancias que eliminar, etc.; es un trabajo árido, largo…”
“¡Ah, qué desaliento a veces, qué roca de
Sísifo que empujar es el estilo y sobre todo la prosa”. No se termina nunca.”
“Acabo de poner en
limpio todo lo que he hecho desde primero de año, o mejor dicho desde mediados
de febrero, porque al volver de París lo quemé todo: esto hace trece páginas,
ni más ni menos, trece páginas en siete semanas. En fin, hechas están, creo, y
todo lo perfectas que me es posible. Ya no me falta más que dos o tres
repeticiones de la misma palabra que quitar y dos cortes demasiado parecidos
que romper.”
Acerca de la felicidad profunda que subyace al
acto creativo, más allá de los altibajos,o de la enorme alegría que se siente cuando acabamos
de escribir un fragmento que nos parece hermoso y nos asombramos de lo que
hemos escrito
Flaubert
“… me corrían lágrimas
por la cara. Me había emocionado yo mismo escribiendo, gozaba deliciosamente
por la emoción de la idea, y por la frase que la expresaba y por la
satisfacción de haberla encontrado, …”
“Amo mi trabajo con un amor frenético y
perverso, como un asceta ama el cilicio que le araña el vientre”
“…es delicioso escribir,
dejar de ser uno mismo… Hoy, por ejemplo,… he paseado a caballo por un bosque,
en una tarde de otoño, bajo hojas amarillas, y yo era los caballos, las hojas,
el viento, las palabras que se decían y el sol rojo que hacía entornar los
párpados… cuando rumio estos goces después de sentirlos, me dan ganas de hacer
una oración de gracias a Dios, si supiera que podía oírme.”
Kafka
“En el curso de muchos
años solo he llorado una vez, hace dos o tres meses. Pero en esa ocasión me
sobrevino en dos veces consecutivas, estando sentado en mi sillón… y la causa
de todo fue un pasaje de mi novela.”
“…la fortaleza que me
confiere el menor gesto de escribir, es indudable y maravillosa”
Concluiré este post con fragmentos acerca de la vocación y el éxito
“…una predisposición de
oscuro origen, que lleva a ciertas mujeres y hombres a dedicar sus vidas a una
actividad para la que, un día, se sienten llamados, obligados casi a ejercerla,
porque intuyen que sólo ejercitando esa vocación –escribiendo historias, por
ejemplo- se sentirán realizados, de acuerdo consigo mismos, volcando lo mejor
que poseen, sin la miserable sensación de estar desperdiciando sus vidas”
“Es una dedicación exclusiva
y excluyente, una prioridad a la que nada puede anteponerse, una servidumbre
libremente elegida que hace de sus víctimas (de sus dichosas víctimas) unos
esclavos… quien ha hecho suya esta hermosa y absorbente vocación, no escribe
para vivir, vive para escribir.”
Vargas Llosa
sobre el éxito
“…los premios, el
reconocimiento público, la venta de los libros, el prestigio social de un
escritor, tiene un encaminamiento sui generis, arbitrario a más no poder, pues a veces rehuyen tenazmente
a quienes más lo merecerían y abruman a quienes menos… Tal vez el atributo
principal de la vocación literaria sea que, quien la tiene, vive el ejercicio
de esa vocación como su mejor recompensa, más, mucho más, que todas las que
pudiera alcanzar como consecuencia de sus frutos.”
Las citas de Franz Kafka
pertenecen a cartas dirigidas a su novia Felice y a su Diario, durante el
período 1912 a 1914.
(“Franz
Kafka, escritos sobre sus escritos” -
Editorial Anagrama)
Las citas de Gustave Flaubert son de cartas
dirigidas a su amante Louise Colet, durante el período 1852 a 1854, mientras
escribía su novela “Madame Bovary”.
(“Madame Bovary” -
Alianza Editorial)
Las citas de Mario Vargas Llosa
corresponden a un libro suyo que recomiendo a tod@s l@s que quieran continuar
aprendiendo.
(“Cartas a un
novelista” - Editorial Ariel)