Los que me inspiran


"Así, cada iglesia, cada religión, cada comunidad humana, es sólo un lugar de paso, una tienda sobre la tierra, para peregrinos que están en su camino a la ciudad de Dios." Bede Griffiths

"Debemos expresar apasionadamente nuestra visión y cada uno debe gritar del modo en que mejor sepa hacerlo" Ken Wilber



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jueves, 20 de febrero de 2014

Trabajo interno: espiritual y psicológico

     

   Hay una idea muy interesante entre los teóricos de la Sabiduría Perenne y de la Psicología Transpersonal, y es eso que llaman bypass espiritual. Veámoslo con un ejemplo:

   La señora Z ha despertado a la espiritualidad. Y al principio -quizás durante muchos años- ese despertar ha bastado para iluminar su vida. Ha leído innumerables libros, practicado yoga y meditación, ha tenido algunas experiencias, y su vida se transforma gracias al significado y la trascendencia que da la búsqueda espiritual. Todo parece andar sobre ruedas, y la señora Z es una feliz madre y esposa, que dedica su tiempo libre a continuar su desarrollo. Asiste a muchos cursos y talleres, cuelga sucesivos diplomas en las paredes de su casa, y se anima, al principio tímidamente, a practicar con otros sus nuevas capacidades.

   Pero con los años, hay nuevos sucesos en la vida de la señora Z. Su matrimonio, que tambaleaba desde tiempo atrás, se desmorona súbitamente, cuando él le anuncia que está enamorado de otra mujer. Sus hijos ya son grandes y se van. Y si no es esto, pueden ser otras cosas. La vida no da tregua, y de tanto en tanto, nos golpea. Una enfermedad, la muerte de alguien cercano, una pérdida económica severa, etc, etc.

   La señora Z pensaba que su vida estaba en perfecto equilibrio, pero de golpe siente que zozobra;  y entra en una crisis depresiva profunda, que no logra controlar. Ante la sugerencia de una amiga para practicar psicoterapia, la señora Z se niega. ¿Ella, ponerse en manos de un psicoterapeuta, con los años que lleva de prácticas espirituales? Rechaza por completo esa posibilidad y continúa durante largo tiempo a la deriva, sin comprender  por qué no puede resolver su crisis.

   Este es un ejemplo claro de bypass espiritual. Creemos que una práctica espiritual es suficiente para resolver todo en nuestras vidas; creencia errónea que ha sido fomentada por muchas Tradiciones, antiguas y modernas.

   Lamentablemente, las prácticas espirituales no resuelven los problemas psicológicos y existenciales; incluso, a veces, los acentúan.  Las prácticas espirituales nos facilitan el acceso a otras dimensiones de la Realidad, expanden nuestra conciencia, nos dan certidumbre acerca de las verdades últimas, pero no van a solucionar traumas infantiles, ni fortalecer un ego inmaduro, ni ayudarnos a enfrentar los problemas comunes de la vida. Para eso, están las psicoterapias.

   Dice Ken Wilber, en su Diario: “…se supone que cuando uno encuentre el Espíritu, la Diosa o su Yo superior, todo lo demás le será dado mágicamente por añadidura, como si, en tal caso, el trabajo, las relaciones, la familia, la comunidad, el dinero, la comida y el sexo dejaran de convertirse en un problema…. El logro de un estadio más elevado del desarrollo no supone la pérdida de los niveles inferiores (los budas siguen teniendo que comer), ni tampoco significa que uno llegue automáticamente a dominarlos… de hecho suele significar exactamente lo contrario porque, en tal caso, uno suele descuidar –o hasta ignorar- los niveles inferiores, creyendo que han dejado ya de ser necesarios para su bienestar, cuando, en realidad, constituyen el vehículo del Espíritu y su medio de expresión…”

   Y también dice:

   “Porque la cuestión es que la práctica espiritual y la práctica psicológica constituyen corrientes diferentes de las grandes olas de la conciencia…”

   Por eso es recomendable un trabajo interno que tenga en cuenta todos nuestros niveles o dimensiones, una práctica interna que además de permitirnos un crecimiento en conciencia, armonice otros aspectos nuestros. El trabajo psicológico, o de autodescubrimiento, es una manera de completar esa práctica interna. En términos de Wilber, se trata de llevar adelante una práctica integral.