Los que me inspiran


"Así, cada iglesia, cada religión, cada comunidad humana, es sólo un lugar de paso, una tienda sobre la tierra, para peregrinos que están en su camino a la ciudad de Dios." Bede Griffiths

"Debemos expresar apasionadamente nuestra visión y cada uno debe gritar del modo en que mejor sepa hacerlo" Ken Wilber



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lunes, 27 de enero de 2014

Ego

 El ego

   Entre las ideas mal comprendidas en el campo de la espiritualidad, está la suposición de que el ego (la  individualidad o personalidad), tendría que desaparecer a partir de las experiencias trascendentes del sujeto.
   Para llegar al centro de la cuestión, abordemos primero algunas definiciones…
   Respecto del ego, Jung dice:
   “Comprendemos al ego como ese factor complejo con el cual se relacionan todos los contenidos conscientes. Este… es el sujeto de todos los actos personales de conciencia… Y descansa en dos bases aparentemente diferentes: lo somático y lo psíquico.”(Aion)
   Pero para Jung la personalidad es un fenómeno más amplio que el ego, porque incluye a los fenómenos inconscientes (el inconsciente personal y el inconsciente colectivo). Y a la totalidad que incluye tanto lo consciente como lo inconsciente, Jung lo llamó el “sí-mismo”. En su teoría, el ego es el centro de la personalidad consciente y el sí-mismo el centro de la totalidad de la psique.
   Y Jung postuló un proceso de desarrollo óptimo al que denominó “proceso de individuación”. La meta en dicho proceso es un estado armónico del ser humano, en el cual el sí-mismo alcanzaría un estado de equilibrio entre los aspectos conscientes e inconscientes.
   Dicho proceso de individuación es equivalente (según algunos estudiosos) a los procesos de expansión de la conciencia descriptos en muchas tradiciones espirituales, los cuales culminan en un estado de perfección o iluminación. Con términos muy actuales diríamos que el proceso de individuación es un proceso de desarrollo transpersonal que implica una progresiva desidentificación del ego, lo cual no significa negarlo sino trascenderlo.
   Lamentablemente hay muchas fantasías respecto a lo que ocurre cuando se alcanzan dimensiones más elevadas de la conciencia (esos estados de perfección o iluminación),  y entre esas fantasías está la idea de que el ego desaparece. Así, se supone que los grandes místicos son seres totalmente desprovistos de ego.
   Dice Ken Wilber al respecto:
   “Todos conocemos maestros más o menos iluminados… que, a pesar de ello, tienen grandes egos, en el sentido de que son personalidades fuertes y poderosas. Pero la presencia del ego no es un problema, todo depende de si la persona también está despierta a las dimensiones más elevadas y más profundas”. (Diario)
    Ocurre que el ego es necesario para funcionar en la realidad ordinaria, y la completa ausencia de ego se convertiría en psicosis.
    Como dice Wilber, no se trata de destruir el ego sino de trascenderlo, lo cual significa conectarlo con algo superior:  el proceso de desidentificarse del ego, el proceso de trascenderlo, implica niveles más elevados de identificación.
   En sintonía con Jung, diríamos que cuando la persona ya no se identifica exclusivamente con el ego, puede comenzar a conocer su sí-mismo, o sea, la totalidad de su psique, que incluye dimensiones no conscientes, y que además del inconsciente personal y el inconsciente colectivo, alcanza nuestra dimensión  transpersonal (que Jung mencionaba como “lo numinoso”).
    Las experiencias espirituales permiten que nos identifiquemos con dimensiones mas elevadas de la conciencia, y a  partír de eso dejamos de identificarnos únicamente con este pequeño ego.
   Dice Wilber:
   “Cuando uno se desidentifica con el ego y abraza la totalidad del Kosmos, el ego descubre que el Atman individual es idéntico a Brahman”. (Diario)
   Por eso,  la idea de que el ego va a desaparecer en los estadios superiores del desarrollo humano es una idea equivocada :
   El ego no desaparece cuando avanzamos en el camino, sino que dejamos de estar identificados exclusivamente con él.