Los que me inspiran


"Así, cada iglesia, cada religión, cada comunidad humana, es sólo un lugar de paso, una tienda sobre la tierra, para peregrinos que están en su camino a la ciudad de Dios." Bede Griffiths

"Debemos expresar apasionadamente nuestra visión y cada uno debe gritar del modo en que mejor sepa hacerlo" Ken Wilber



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martes, 9 de junio de 2015

La búsqueda de la felicidad



   Todos, de un modo o de otro, buscamos la felicidad, ese estado casi siempre fugaz que nos hace amar la vida y aferrarnos a ella. 
   Y según cual sea la dimensión de la experiencia que nos importe, así será aquello que nos aporte felicidad. 
   Pero el resultado no será el mismo en un caso o el otro, dependerá de lo que busquemos. 
   Los que buscan una felicidad muy asociada a lo perecedero experimentan, junto al éxito y los logros, una enorme inquietud: la lucha por mantenerlos, el temor a su pérdida… Incluso el amor trae inquietud, porque puede malograrse: los seres queridos pueden alejarse o morir. 
   Por lo tanto, cuanto más independiente sea nuestra felicidad de objetos externos, menos sujeta estará a la ansiedad que ocasiona el miedo a perderlos. Como dijo Buda, el sufrimiento está asociado al deseo, y es mediante la extinción del deseo que dejamos de sufrir. 
   Pero… ¡qué difícil esto para la mayoría de nosotros, los seres humanos! Algunas personas, incluso, no aceptan los dolores de la vida y los llaman injusticias. Por ejemplo dicen: “Es una injusticia que una persona joven muera” ¿Lo es?... Sólo si creemos que la vida tiene que ser justa, que tiene que darnos lo que deseamos, o sea, darnos felicidad. 
     Pero lamentablemente, las cosas no funcionan así. La vida es lo que es… Y cuanto más independiente sea nuestra felicidad de objetos externos, menos sujeta estará a la ansiedad que ocasiona el miedo a perderlos. 
   Según A. Maslow, un importante teórico de la psicología humanista y transpersonal, la felicidad va unida a la autorealización, al pleno desarrollo de nuestras capacidades. Maslow afirma que si decidimos ser menos de lo que somos capaces de ser, seremos infelices.  Las personas que consiguen cierto grado de autorealización suelen vivenciar estados de felicidad más duraderos, y desarrollan una mayor capacidad de aceptación en los momentos difíciles. Además,  esa autorealización suele incluir cierta dosis de creatividad, la cual -además de ser sanadora- es también una fuente de felicidad. Y esto pueden atestiguarlo  todos lo que desarrollan actividades creativas. 
   Esa autorealización equivale a encontrar sentido para nuestra vida. Y cuando nuestra vida tiene sentido, tiene un propósito, sentimos una especie de alegría profunda que permanece por detrás de los demás sentimientos. 
    Pero ninguna felicidad puede igualarse a la experimentada por el contacto con lo Divino. Este contacto se da en mayor o menor medida en las personas que han despertado espiritualmente, que han tomado conciencia de esa Realidad que nos trasciende.
 ¿Y qué significa despertar espiritualmente? Es más que asomarse al mundo del espíritu, es más que leer y recibir información acerca de temas espirituales y esotéricos, implica comprensión desde la experiencia y alguna clase de transformación, por pequeña que sea.  
   La espiritualidad brinda una felicidad que no se pierde, sosiego y plenitud, porque se basa en lo que no es transitorio, en lo no perecedero. 
   Y además, aprendemos a fluir, a entregarnos, a danzar en armonía con la danza cósmica, porque logramos un estado parecido al de la felicidad que se llama contento, que es una forma de aceptación, de sentirnos bien con lo que nos va tocando en el aquí y ahora…. 
   Ese contento significa calma, y esa calma, que tiene mucho de desapego, es también una forma de felicidad, que suele ser mucho más estable y permanente.             
  Entonces… busca esa Felicidad que no es perecedera...


  
     
   
  
  

 


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