Los que me inspiran


"Así, cada iglesia, cada religión, cada comunidad humana, es sólo un lugar de paso, una tienda sobre la tierra, para peregrinos que están en su camino a la ciudad de Dios." Bede Griffiths

"Debemos expresar apasionadamente nuestra visión y cada uno debe gritar del modo en que mejor sepa hacerlo" Ken Wilber



Traductor- Translation

martes, 15 de agosto de 2023

Estoy contenta

 

   Estoy publicando comentarios acerca de mis otros blogs que albergan tres de mis novelas. Y no quise dejar este blog sin algún comentario, porque tiene muchos ingresos.  

  Es uno de mis primeros blogs, y ahora sólo escribo algo muy de tanto en tanto. Son etapas, y creo que ya dije bastante. Pero por lo visto, hay muchos y muchas que siguen interesados.

 Y como hice en los otros blogs, aquí va una imagen de los países desde  donde entraron en las últimas semanas. 



                          Gracias por leerme.





miércoles, 12 de agosto de 2020

Sri Aurobindo



   Durante el año 1983 hice un largo viaje por India. Era un viaje planeado y preparado con mucha anticipación, y parte ineludible de mi búsqueda espiritual. Uno de los primeros lugares que visité fue Pondicherry, donde estaba el ashram de Sri Aurobindo y Madre. Ya sabía algo sobre ellos, pero no demasiado, y fue a partir de esa visita, de los encuentros que tuve, los libros que comencé a leer y las prácticas en las que fui introducida, que la figura de Sri Aurobindo se erigió en la de uno de mis Maestros, de quien aprendí y continúo aprendiendo.

  Considerado como uno de los filósofos espirituales más importantes de la historia, (al nivel de un Platón o un Plotino o un Hegel) es importantísimo lo que nos ha dejado, aunque son muchos los que aún no lo han descubierto.

   Sri Aurobindo nació en 1872, hijo de un médico admirador de Occidente, quien lo envió cuando tenía apenas siete años a estudiar a Inglaterra (a él y a sus dos hermanos). Apartados de su entorno familiar y viviendo entre extraños en un país lejano, en una época en que no había teléfonos ni otros facilitadores de la comunicación que no fueran cartas y telegramas…
 
   Esos años en Inglaterra  -a partir de cierto momento-  fueron difíciles para los tres hermanos, ya que su padre no podía mandar el mismo dinero que al principio. Tuvieron que atravesar muchas penurias materiales, pero Aurobindo era un alumno brillante y consiguió una beca para estudiar en Cambridge. Además de los estudios formales, consagró su tiempo restante a leer muchísima filosofía y literatura, descubriendo también los antiguos textos sagrados de la India, que fueron muy reveladores para él.

   A la muerte de su padre volvió a su país, y trabajó durante muchos años como empleado del Maharajá de Baroda, ocupación que incluyó –durante algunos períodos- la de profesor de literatura. Comenzó también a participar en la lucha política nacionalista, mientras dedicaba su tiempo libre a leer textos sagrados en sánscrito, como los Upanishads, y a escribir poesía. 

   De a poco comenzó a interesarse por el Yoga, a conocer yoguis y sadhus, y a tener sus primeras y espontáneas experiencias espirituales.  En 1905 inició la práctica del Yoga de un modo más formal, acentuándose su apertura a lo espiritual  y la profundidad de sus experiencias.

   En 1908 cayó prisionero de los ingleses, pero el tiempo que pasó en prisión fue transformador debido al alcance de sus experiencias espirituales y porque se conectó con una voz interior que lo fue confortando y guiando, haciéndole comprender cual sería su misión.

   Dice de sí mismo, en una carta:
   “… Yo no tenía todos los poderes necesarios cuando comencé. Tuve que desarrollarlos con el Yoga…”

   Después de un año en prisión y un año en libertad, supo que lo iban a volver a arrestar. Entonces, siguiendo los dictados de su voz interna, se refugió en Pondicherry, una ciudad que era colonia francesa.

   Le dice a un discípulo en una carta:
   “Usted cree que en mí … nunca hubo dudas o desesperación, ni conflictos de ninguna clase. Yo he soportado todos los golpes que los seres humanos han soportado, de lo contrario no sería capaz de asegurarle a los demás que esto también puede ser conquistado”.

   Desde Pondicherry, ya abandonada para siempre la política, dedicó toda su energía al desarrollo de su  visión y de su sistema de Yoga.

   Escritor prolífico y periodista durante sus años de lucha política, comenzó ahora a volcar en el papel sus ideas espirituales. En pocos años quedó escrito su mensaje, que de acuerdo a lo que él mismo confesara, le fue transmitido desde planos más elevados.

   Con sus palabras:
   “…No pienso, es desde una mente silenciosa que escribo lo que viene ya formado desde arriba”.

   En 1920 se unió a su tarea Mirra Alfassa (Madre), a quien había conocido varios años atrás, y que había comenzado su relación con él como colaboradora y discípula. Madre se convirtió en su compañera espiritual y se hizo cargo del Ashram a partir de 1926, cuando Sri Aurobindo se retiró en soledad (para desarrollar su Yoga en condiciones más perfectas). Sin embargo, no dejó de guiar a los discípulos que seguían su camino: se comunicaba con ellos mediante cartas.

   Como dice en una de esas cartas:
   “No estoy haciendo nada para mí solo, no tengo necesidad personal de nada…”

   Sus enseñanzas parten de la de los antiguos sabios de la India, ya que fue en los Vedas donde halló el fundamento de su visión (los Vedas son los textos espirituales más antiguos del planeta). Y aunque sus ideas son vastas y complejas, y requieren de un estudio metódico para ser bien comprendidas, intentemos una síntesis en este post:

 . La realidad es un continuo de Conciencia con diferentes dimensiones, con diferentes planos, estando cada plano en conexión con los otros por encima y por debajo de él. 
 . Hay por encima del actual plano o nivel de conciencia humano, planos sucesivamente superiores, niveles superiores de Conciencia.
 . Lo Divino se ha manifestado, ha involucionado en la materia, y continúa manifestándose más y más, para expresar esas dimensiones más elevadas y perfectas del Ser en la realidad humana. Hay una evolución de la Conciencia detrás de la evolución de las especies, y el universo crece hacia una mayor luminosidad y perfección.
. Esta evolución –que es espiritual- terminará en una realización individual y colectiva sobre la tierra, en la perfección divina del ser humano. El próximo paso de la evolución es el desarrollo de la Supermente o Espíritu como poder dominante en el ser conciente.

   Estas ideas sobre la evolución de la Conciencia fueron retomadas por pensadores contemporáneos,  Ken Wilber entre otros, y se inscriben dentro de lo que conocemos como Sabiduría Perenne.

   En cuanto al Yoga de Sri Aurobindo, es un conjunto de prácticas que desarrolló a  partir del trabajo sobre sí mismo. Dichas prácticas pueden acelerar el proceso evolutivo, dando lugar al crecimiento de la conciencia en el practicante, mediante una completa Transformación. Su Yoga es diferente en muchos aspectos a los demás sistemas conocidos, pero profundizar en esto excedería el propósito de este post.

 Sri Aurobindo desencarnó en 1950, pero su visión de la realidad, sus enseñanzas y sus aspiraciones continúan totalmente vivas, más actuales y más necesarias que nunca.  

   Como dicen algunos versos de su obra épica “Savitri”:

Oh, seguramente algún día él acudirá a nuestro clamor,
Un día él creará nuestra vida de nuevo
y pronunciará la mágica fórmula de paz
y traerá perfección al esquema de las cosas.
…..
Entonces terminará aquí la Ley del Dolor
La tierra será el hogar de la luz de los Cielos
….
El rayo de la Supraconciencia tocará los ojos de los seres humanos
En la materia se encenderá el brillo del Espíritu



Las citas  son  traducción de:

Letters on Yoga . Sri Aurobindo Ashram. Pondicherry
Savitri. A legend and a symbol. Sri Aurobindo Ashram. Pondicherry












  



jueves, 24 de enero de 2019

Saber no es lo mismo que comprender




                                  El conocimiento espiritual verdadero


   Vivimos una época de explosión informativa, todo el conocimiento es accesible, y con una simple acción como es sentarnos frente a la computadora podemos tener acceso a muchas clases de conocimiento, lo cual incluye el conocimiento de temas espirituales y esotéricos.

   Y este es un gran problema de nuestro tiempo: creer que haber leído o estar informado acerca de asuntos espirituales nos pone en un estado de comprensión de los mismos, en un estado que equivale a la visión directa.

   Lamentablemente no es así. La comprensión mental, en el caso de la espiritualidad,  es solamente un estadio. Tiene que ser acompañada por alguna clase de práctica, aunque sea informal, la cual nos lleve a comprensiones intuitivas, a revelaciones, a estados de conciencia diferentes, a experiencias internas: una práctica que nos transforme. Con la mente apenas sabemos algo que otros comprendieron.

   En otros tiempos, el acceso a los asuntos espirituales requería de muchos estadios previos. El aspirante tenía que ser admitido por un maestro o  escuela, era probado de diversas formas antes de ser admitido, y debía someterse a una disciplina más o menos rigurosa, que incluía seguir a conciencia muchos preceptos morales y llevar a cabo ejercicios y prácticas de todo tipo. Y eso durante largo tiempo, muchísimos años, quizás durante toda la vida. Muy distinto a lo que sucede ahora.

   Estamos en la era de la información, y todo lo que era oculto ha dejado de serlo. Pero por eso mismo es imprescindible discriminar, y darnos cuenta que el acceso a las grandes verdades no significa que las hemos realizado en nosotros, darnos cuenta que saber no es lo mismo que comprender, no es lo mismo que realizar, no es lo mismo que experimentar.

   Ken Wilber dice que disponemos de tres ojos para conocer: el de la carne, el de la mente y el del espíritu (que también llama ojo de la contemplación).  Está de acuerdo con un postulado del empirismo, el cual afirma que todo conocimiento verdadero debe arraigarse en la experiencia, pero subrayando que además de la experiencia sensorial (ojo de la carne), existe la experiencia mental (ojo de la mente), y la experiencia espiritual (ojo de la contemplación). Y para comprender las verdades espirituales es necesario el Ojo de la Contemplación. “La mente, por más que lo pretenda, no puede resolver los problemas metafísicos…, para ser auténtica la metafísica debe proporcionar experiencia…” (El ojo del Espíritu)
   Y Wilber es bastante estricto en este punto. Para él la espiritualidad más genuina es la que se basa en la práctica y sus realizaciones; distingue diversos estadios en el desarrollo espiritual; aclara que hay diferentes líneas de desarrollo  (una persona puede ser muy espiritual y sin embargo muy inmadura en otros asuntos) y enfáticamente distingue entre lo que llama espiritualidad traslativa y espiritualidad transformadora, siendo esta última la que permite trascender el yo, mediante experiencias espirituales directas. (El Ojo del Espíritu - Diario)
     
   Claudio Naranjo dice que los símbolos “no pueden sustituir una comprensión o realización de la verdad, que está más allá del entendimiento intelectual…” (La única búsqueda)

   Y Sri Aurobindo: “…(hay que) aprender mediante la experiencia. La información mental … puede más obstruir que ayudar…( Hay que) aprender a ir más allá del ansia por información mental y abrirse a la verdadera forma de conocimiento.” (Letters on Yoga)

   La información, la lectura de libros, o  -como hoy en día- la lectura de páginas en Internet, es buena para comenzar, para tener un primer atisbo de ciertas verdades, pero luego es imprescindible profundizar mediante prácticas no mentales, hacer trabajo interno de alguna clase, seguir algún camino o maestro, tradicional o no. En suma, trabajarse a sí mismo.

   Es solo mediante trabajo interno que avanzamos, que evolucionamos, que nos transformamos.

             Es solo mediante la experiencia que comprendemos.





    
    

  







La gran falacia del pensamiento de la Nueva Era: yo creo mi realidad.




  Entre las enseñanzas de la Nueva Era está la idea de que “creamos nuestra realidad”. Esta idea despierta entusiasmo y han proliferado libros y cursos basados en ella. Hay un antecedente de la misma en los conceptos del Ocultismo y en la noción de “plano astral”, el cual no está influenciado por la energía física pero sí por la energía psíquica, por los sentimientos, deseos, fantasías y sueños, por el pensamiento y la imaginación. Y es en el nivel astral, más fluido, donde los sucesos pueden ser modificados y convertidos en algo mejor. 

  El facilismo de la Nueva Era convirtió este conocimiento oculto en una fórmula mecánica que deslumbra pero que con frecuencia fracasa,  porque  las cosas no son tan sencillas como esta irresistible idea nos quiere hacer creer.  Todo está interrelacionado, y además de mi ego y mi voluntad, están los egos y voluntades de los demás, y también la dureza del plano material con sus propias condiciones y sus propias leyes. 

   Frances Vaughan, teórica norteamericana del pensamiento transpersonal, dice que: “Las prescripciones para la felicidad que acentúan el poder del pensamiento positivo pueden ser útiles hasta cierto punto, pero con frecuencia son superficiales e inefectivas.” (El Arco Interior)

  Es cierto que podemos influir en nuestra realidad, y que una visión positiva y optimista genera mejores resultados que una negativa y pesimista. Pero de ahí a creer que todo depende de nosotros, es otorgarnos más poder del que disponemos y conduce a inevitables y a veces dramáticas frustraciones. 

  En cada suceso hay innumerables variables, que actúan con diversa potencia y en distintas direcciones para darle forma. La suposición mágica de que todo depende de nosotros, además de ilusionarnos con la omnipotencia, nos llevará en más de una ocasión al encuentro de las barreras que interponen los demás (con sus propios deseos) y  las innumerables influencias de la realidad física. 

   Ken Wilber es uno de los más acérrimos críticos de esta idea, la cual en lugar de disminuir nuestro ego, como han intentado todas las grandes Tradiciones de Sabiduría, lo aumenta. Y dice:  “El ego narcisista cree que puede operar de manera directa y mágica sobre el mundo… El ego mágico trata al mundo como una extensión de sí mismo…” (Diario)

   En algunos casos, cuando las variables ajenas a nosotros están ausentes o disminuídas, cuando el resultado de un  asunto solo depende de nosotros (a veces sucede), esta prescripción puede ser efectiva, realizable,  aunque también  podrían aparecer factores imprevistos que tuerzan el resultado. Pero cuando intervienen variables ajenas a nosotros -lo más habitual- la multiplicidad de influencias disminuye nuestro poder para condicionar los sucesos. 

  Creer en la infalibilidad de este postulado, nos lleva al mundo de los cuentos de hadas, y la realidad del plano material es mucho más compleja que la de los mundos mágicos. Podemos influir en nuestra realidad, y no está mal que lo hagamos. Pero no somos los creadores omnipotentes de ella, y saberlo es parte de nuestra madurez como seres conscientes. 


jueves, 26 de abril de 2018

Antiguas preguntas, respuestas perdurables



   Hace ya varios años, cuando estaba publicando mis libros on line, participé en un espacio de Internet que intentaba convertirse en una red social para profesionales de actividades creativas. Y lo hice  contestando preguntas acerca de mi tarea como escritora y como consejera. Estas  preguntas estaban previamente diseñadas, de acuerdo a la actividad creativa del que respondía a ellas, y  eran muy profundas e inteligentes.
   Ese espacio ya no existe, y quiero reproducir parte de ese reportaje. En este blog reproduciré las preguntas que tienen que ver con el tema terapéutico y espiritual. Y en el blog http://peregrinandoporlared.blogspot.com
las que tienen que ver con mi trabajo como escritora.

.¿Pensamos demasiado? ¿Por qué es tan difícil sentir el aquí y ahora?
   Sí, los pensamientos no se detienen, a menos que uno lleve adelante alguna clase de práctica interna para moderarlos. ¿Vivir en el aquí y ahora? En  mi novela "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos" hay un capítulo donde intenté transmitir lo que se siente al vivir en el aquí y ahora. Es difícil, y sólo se logra  de a ratos. Los niños viven en el aquí y ahora. Y los adultos lo conseguimos a veces, en espacios de alegría y creatividad, pero son volátiles.

.¿Qué es la felicidad y cuál es el principal obstáculo para alcanzarla?
  Hermosa pregunta… También es un tema que aparece en mis novelas. Creo que es un estado de conciencia y, como todos los estados de conciencia, va y viene, no es algo permanente. Puede acompañar diversas experiencias, y así hablamos de una época feliz, de una relación feliz, de un día feliz, de una actividad que nos da felicidad, etc., etc. Pero así sea una época, o algo que sentimos a veces, es siempre fugaz, nunca se alcanza del todo. Nos gustaría que durara, que permaneciera, pero la realidad es impermanente y la felicidad también. 

 .¿Qué haces para salir del desánimo, la desesperanza, la sensación de fracaso, etc.?
   Cuando estoy espiritualmente conectada, esos sentimientos ni asoman en mí. Cuando aparecen, es porque me he desconectado. Entonces hago lo necesario para volverme a conectar. 

 .¿Cómo mantener la armonia cuerpo-mente?
   De un modo holístico. Darle al cuerpo lo que necesita, sanar nuestra mente y nuestras emociones mediante terapias y trabajo interno (con lo más adecuado para nosotros, para nuestra idiosincracia personal), y conectarnos espiritualmente, también mediante las prácticas que más se adapten a nuestra manera de ser. Y hay que integrar todo eso en nuestras vidas de un modo equilibrado, con armonía. 

.Tu pequeña lista de hábitos sanos
   En parte lo dije en la respuesta anterior. Agregaría: hacer lo que me gusta, que en estos últimos años consiste en escribir. Cuando escribo soy feliz. 

 .¿Es necesaria la fe para que la espiritualidad funcione?
   La Fe es un primer paso, pero con Fe solamente no avanzamos en la comprensión, ni logramos trascendencia. Sin embargo debemos mantener la Fe, aunque avancemos espiritualmente, simplemente porque es de gran ayuda.

. ¿Cómo ayuda tu espiritualidad a tu creatividad?
   La espiritualidad  ayuda para todo y da, además de muchas otras cosas, mayor intuición, fluidez y receptividad, ingredientes necesarios para ser creativos. Además, en mi caso, la temática espiritual y esotérica es central en lo que escribo, aunque  en mis novelas hay también mucho romance, suspenso, emoción, aventura..., sino serían un tratado y no novelas.  

.¿Es necesario un propósito para encontrar el sentido de la vida?
   Creo que propósito y sentido de la vida son sinónimos. Siempre hay algún propósito y búsqueda de sentido en lo que hacemos, aunque sea inconsciente. Claro que si lo transformamos en algo consciente, es más interesante y más fecundo. Tener hijos, criarlos, educarlos, verlos crecer ¿no es acaso un propósito para la mayoría de los seres humanos, no es acaso algo que le da sentido a sus vidas? Hacer un trabajo que nos guste, luchar por un ideal, tener valores y ser coherentes con eso, llevar adelante una actividad creativa (o simplemente ser creativos en las pequeñas cosas de cada día), todo eso se convierte en propósito y le da sentido a nuestras vidas.  Este tema también aparece en mis novelas.

.¿Cuál es la diferencia entre espiritualidad y religión? 
   Las religiones son transmisiones organizadas de las experiencias espirituales y comprensiones de algunos Seres notables que vivieron en este planeta. La espiritualidad es el intento de vivenciar uno mismo algunas de esas experiencias y comprensiones. Y es la toma de conciencia de la existencia del Espíritu. Las religiones enseñan, transmiten... La espiritualidad es comprensión directa y le da a nuestra vida una dimensión diferente. Pero en última instancia, ambas nos acercan a la Verdad, que es lo único que importa. 

.Meditar y rezar, ¿son variantes culturales de la misma cosa?
   De nuevo una hermosa pregunta… Son algo muy diferente.
   Rezar: desde nuestros pequeños yoes nos dirijimos a un Ser superior, a Dios (los nombres no importan), para pedir, agradecer, estar en contacto. La Oración es muy poderosa y ayuda enormemente, en muchos sentidos.  
   Meditar: es una práctica espiritual que nos saca de nuestro estado de conciencia habitual, y que permite diferentes experiencias y niveles de expansión. En "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos" hay dos capítulos que muestran claramente la diferencia entre una práctica y la otra. 
   En algunas Tradiciones lo que estos vocablos designan se combina. Los santos cristianos lograban estados de expansión de la conciencia mediante la Oración de tipo contemplativo, y por otro lado, los que practican técnicas meditativas saben muy bien que para despegar se requiere de mucha práctica, mucho tiempo y... Gracia.

.¿Es necesario tener un maestro para encontrar el camino?
   Cuando uno se inicia en la búsqueda espiritual, todo se convierte en un Maestro, porque empezamos a discernir y encontrar lecciones en lo que nos sucede. Sin embargo, conocer un Maestro encarnado y experimentar lo que ocurre en el encuentro con ese ser -que tiene que ver principalmente con una transmisión energética y un aprendizaje no de información sino de algo más impalpable y más completo- es maravilloso, y tuve la suerte de experimentarlo, gracias a mi encuentro con el padre Bede Griffiths, hace muchísimos años, en la India. Pero encontrar un Maestro encarnado no es imprescindible para seguir un camino espiritual.

 ¿Cuál es tu concepto de libre albedrio versus destino, karma?
   Creo que ambos juegan en nuestras vidas, con mayor o menor fuerza. Hay una parte  de determinación, en mayor o menor grado, de la cual es imposible escapar (aunque puede modificarse), y también hay libre albedrío (exagerado por algunas enseñanzas new age de moda). Cuanto más conscientes nos volvemos, mayor capacidad de elección, más libre albedrío, pero eso también tiene sus límites. 

 .Danos una prueba de la existencia del alma.
   Responderé esta pregunta con un pequeño fragmento de mi novela: "Ahora o Nunca. El fin de las profecías". Hay un personaje que empieza a abrirse a nuevas ideas, y lee en un libro lo siguiente:
“Todos en Occidente creemos en el Inconsciente. Ahora bien, ¿dónde está el Inconsciente? ¿Acaso se puede tocar, se puede ver? Es apenas una inferencia, un concepto para definir experiencias interiores. De igual modo: ¿por qué no reconocer la existencia del alma, que no vemos ni tocamos, pero que algunos sentimos como una realidad interior?”

.¿Qué hay en un templo que no haya en cualquier otra parte?
   En un templo (iglesia, monasterio, ermita, convento, etc.) hay una cualidad energética diferente. Son lugares sagrados, adonde acudimos para conectar con la Divinidad, y no es necesario ser demasiado sensible para notarlo. En esos espacios (por supuesto hay matices, no todos son iguales) experimentamos paz, comprensión, alegría, armonía... y sin hacer demasiado esfuerzo. Aunque no es lo mismo para todos, y una cierta predisposición y sintonía interna es necesaria para tener esas vivencias dentro de un templo. 










miércoles, 23 de agosto de 2017

Qué significa ser espiritual

 ¿Qué significa ser espiritual?

   He escuchado, sobre todo a gente joven, emitir opiniones acerca de la espiritualidad o falta de ella en determinadas personas, que me sugirieron reflexiones acerca del tema. 
 
   Y al buscar en libros y en Internet las opiniones de otros descubrí que -como muchos otros conceptos- admite diferentes definiciones y no hay acuerdo al respecto (ni creo que lo habrá jamás). Así que decidí hacer como todos y elaborar mi propia interpretación del asunto, que como las demás interpretaciones tendrá adherentes y oponentes. 

   Como primera definición diríamos que ser espiritual es:

   Ser consciente de la existencia del alma y del espíritu, buscar experiencias espirituales directas  que nos confirmen su realidad y vivir en armonía con eso.

   Ser consciente de la existencia del alma y del espíritu no es algo que pueda lograrse sólo mediante lecturas. Estas nos permiten asomarnos al misterio, saber acerca del mismo, facilitan nuestra fe, nuestra apertura, pero no son un conocimiento directo del mismo.

   El misticismo,  la búsqueda de experiencias mediante prácticas espirituales afines a la naturaleza del buscador, es un paso más y quizás el más importante. Solo la percepción directa de otras dimensiones  de la Conciencia nos confirma su existencia, elimina nuestras dudas y nos instala en una realidad diferente, transformadora.

   Y el misticismo, si bien aparece como una tendencia natural en algunas personas (de igual modo que otros rasgos de la personalidad, como la facilidad para la música, o para las matemáticas, o para organizar y liderar) es sin embargo algo que puede desarrollarse, mediante prácticas bien explicadas y experimentadas en diferentes tradiciones, antiguas y modernas. Como dice Ken Wilber:
   “Las únicas pruebas de la existencia del alma y del espíritu las puede proporcionar la experiencia espiritual directa, una experiencia que es repetible, reproducible y confirmable.” (Diario)

   Y me hice la siguiente pregunta:

   ¿Se puede ser espiritual y no llevar adelante práctica alguna, al menos no una tradicional, de esas que se practican de un modo intencional y metódico?

   Y he llegado a la conclusión -a partir de mis observaciones de la realidad y de la gente- de que sí: se puede. 

   En apoyo de esta afirmación, voy a transcribir una jugosa anécdota extraída de una charla de Ram Dass, un maestro espiritual norteamericano, quien comenzó siendo psicólogo en la Universidad de Harvard, y que siempre se caracterizó por su enorme sinceridad. Cuenta Ram Dass como en una ocasión estaba disertando sobre temas espirituales muy elevados frente a una audiencia de jóvenes cuando vio a una anciana que asentía con la cabeza mientras él hablaba, mostrando que comprendía todo. Ram Dass se preguntó ¿cómo es que ella sabe? Siguió observándola durante la conferencia y la anciana señora continuó asintiendo.
   Con palabras de Ram Dass:
   “Al final de la conferencia ella se acercó y me dijo:
   -Oh, gracias. Todo lo que usted dijo tenía mucho sentido, fue muy lúcido.
   Y yo le pregunté:
   -¿Cómo es que usted sabe todo eso? ¿Qué es lo que usted hace que la coloca en un estado de conciencia que le permite saber todo eso?
    Ella se inclinó hacia adelante con aire conspirador y dijo:
   -Yo tejo al crochet.”
                              (The Journal of Transpersonal Psychology. Volume 14.1982)
  
   Y diré de paso que esta anécdota me recuerda a un taller que planificamos en conjunto con una amiga (aunque nunca lo llevamos a cabo), muchos años atrás, y que iba a llamarse “Tejido y Meditación”. Mi propia experiencia me ha demostrado que ciertas actividades artesanales muy comunes, como es tejer, detienen la actividad mental y nos pueden llevar a otros estados de conciencia.

   Entonces, volviendo al tema central de este post, una nueva definición de lo que significa ser espiritual podría expresarse así:
 
Ser espiritual es estar en contacto con lo Divino.


   Hay diferentes maneras de conseguir ese contacto. Ya sabemos que una forma es llevando adelante alguna práctica espiritual, como la meditación. Pero también puede lograrse de otras formas: por medio de actividades que detengan la mente, a través del arte, en el contacto contemplativo con la naturaleza, mediante la acción desinteresada y  el servicio altruista,  e incluso mediante el deporte. Y hay muchas más, desde las tradicionales austeridades que practican los monjes cristianos  hasta las muy controvertidas sustancias  que emplean los chamanes de todo tiempo y lugar.

   Hay artistas que logran esa conexión cuando están creando, alcanzando estados más elevados de conciencia durante el acto creativo. Y también, a menudo,  la contemplación del arte (escuchar música, leer un libro inspirador)  o danzar, cantar, reír y amar,  pueden conectarnos con lo Divino.

   Muchísimas personas  logran esa conexión mediante la fe y la plegaria, siempre que ésta no sea pronunciada de un modo mecánico, sino poniendo toda el alma en ello, y esto ha sido así desde el principio de los tiempos.

   Por todo esto, y como corolario de mis reflexiones diría:

   Si tienes a menudo una conexión directa con lo Divino  -cualquiera sea la forma en que te conectes, y cualquiera sea el modo en que concibas y nombres a lo Divino- y si tratas de llevar una vida en armonía con eso -del modo en que puedas y sientas- no dudo que eres espiritual. 

   Llevar una vida en armonía con nuestra espiritualidad significa tratar de perfeccionarnos, siguiendo los preceptos morales universales (y en esto, con pocas diferencias, todas las religiones y todas las tradiciones coinciden), no en espera de una recompensa (en este mundo o en el otro) sino simplemente porque nos sentimos bien siguiéndolos.

   Por supuesto, vivir en consonancia con nuestra espiritualidad no es fácil, y no hay reglas al respecto. Si bien no se puede ser espiritual y descuidar lo ético, somos humanos y en tanto que humanos, imperfectos. Todos tenemos infinitas cosas para cambiar, y a veces se cometen errores de un modo más o menos inconsciente. Pero el intento de perfeccionarse  es parte del trabajo espiritual, y un primer paso para lograrlo es ser consciente: vernos, conocernos y cambiar.

   Sri Aurobindo dice que la vida espiritual no es algo que pueda ser formulado con una definición rígida, que hay toda clase de hombres espirituales y que incluso hay grandes iluminados que no son perfectos.(Letters on Yoga. Sri Aurobindo Ashram)

   El famoso lama Chögyam Trungpa, quien era un “tulku” (los lamas que conocen sus encarnaciones anteriores), de quien se dice tenía un elevado grado de realización, que escribió libros maravillosos, tuvo una actividad y creatividad asombrosas expandiendo el dharma en Occidente, y lo siguieron muchísimos discípulos en su relativamente breve vida, era un reconocido alcohólico,  hecho que solo puede desconcertarnos e intrigarnos, y hacernos reflexionar que la naturaleza humana es demasiado compleja y misteriosa, y que como decía un famoso filósofo hay muchas cosas que la razón no comprende.

   Y como los expertos dicen que un post debe ser breve, concluiré aquí mis reflexiones, con una cita de los Upanishads, antiguos textos de la sabiduría hindú:

    
   Yo voy al Espíritu de la vida: por su gracia, por su gracia, por su gracia.
                                                                              Chandogya Upanishad
    

 
   



viernes, 18 de noviembre de 2016

Elogio de la transparencia

   Es común observar, en los círculos espirituales, cierta actitud que intenta mostrar paz interior, contento, ecuanimidad y otras virtudes que se consideran propias de las personas con un avanzado nivel evolutivo. No está bien visto mostrar enojo, desvelar conflictos personales y (como decía muy graciosamente un joven amigo) hay que hablar con dulzura y lentamente.

   Habitualmente, ésta es una actitud fingida. Una actuación, más o menos consciente, para mostrar una perfección que aún está lejana.

    Y, por lo contrario, podemos comprobar que ciertos seres de unánimemente reconocida espiritualidad, se muestran en toda su vulnerable humanidad y se confiesan en público con una sinceridad que asombra.

    El Papa Francisco, quien a veces se enoja y es sincero respecto a lo que no le gusta, dijo en una entrevista: “A lo mejor soy machista”. Cuando le preguntaron cómo hacía para estar siempre de buen humor, respondió (de una manera muy porteña): “No tengo la más pálida idea”. Su  transparencia desconcierta a veces a los demás, que no están acostumbrados a tanta sencillez por parte de una figura máxima de la Iglesia Católica.

  El Dalai Lama, en una entrevista, confesó con candidez y humor que su primera meditación de la mañana la practica antes de levantarse, así aprovecha para estar un rato más en la cama. Y suele contar anécdotas de cuando era niño (ya reconocido como la reencarnación de su predecesor), que lo revelan como un chico muy normal y además bastante travieso.

  Ken Wilber, el más notable teórico contemporáneo del campo transpersonal, confiesa en su “Diario” y en “Gracia y Coraje”, muchos hechos íntimos:  su depresión ante la muerte de un amigo, las peleas con su esposa, y ciertos rasgos de su personalidad que muchos vacilarían en confesar.

  Creo que estos ejemplos muestran una pauta…

 Además, fingir una una perfección que no poseemos a la larga nos traerá problemas, cuando los demás nos descubran y marquen nuestras contradicciones. 

   Creo que es mucho mejor mostrarnos como somos, o sea, afirmarnos en la transparencia. 

       Nota: las entrevistas a las que me refiero en este post están en Youtube.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Iluminación Espiritual: revisando el concepto

   El concepto de iluminación es equivalente a otros términos, como despertar, comprensión, liberación, autorealización, los cuales se corresponden con términos de origen sánscrito como jnana, moksha, mukti, nirvikalpa samadhi, sahaj samadhi, etc. Y ha sido usado profusamente en muchas Tradiciones, sobre todo en las de Oriente, aunque no significa lo mismo en todos los casos y está bastante mistificado.  
   La idea más difundida acerca de la Iluminación es que después de una práctica espiritual de mucho esfuerzo y muchos años (o muchas vidas), se alcanza  dicho estado de Iluminación. Se trataría de un estado definitivo, totalmente diferente a nuestro estado habitual, en el cual somos capaces de ver nuestra verdadera naturaleza, en el cual llegamos a esa Conciencia básica que está más allá del fluir de la experiencia. En algunas enseñanzas budistas está la idea de que el Buda se iluminó (alcanzó la budeidad),  logrando con ello un estado de completo despertar, el cual incluía una total sabiduría y compasión. Y en algunas escuelas del Hinduísmo este concepto es sinónimo de liberación, o sea: liberarse de la rueda de las reencarnaciones y del sufrimiento que ella conlleva (moksha). Para la Advaita Vedanta, importantísima corriente dentro del Hinduísmo,  la Iluminación ocurre cuando se toma conciencia de la identidad entre uno y la Totalidad, entre Atman (el alma) y Brahman (el Todo). Y en muchas investigaciones sobre el tema por parte de estudiosos occidentales contemporáneos, se da a entender que no se trata de un estado que se alcanza de una vez y para siempre, sino de sucesivos avances en la expansión de la conciencia, los cuales pueden alcanzar con el tiempo cierta estabilidad. 

  Veamos lo que dicen algunos conspicuos autores al respecto.

   Abraham Maslow, psicólogo norteamericano, hizo una profunda y muy seria investigación en este tema, y dice que la esencia de toda gran religión conocida ha sido la Iluminación, Revelación o Éxtasis del iniciador de esa religión. Maslow denomina a estas revelaciones o iluminaciones, experiencias climax o trascendentales, aclarando que “esas viejas descripciones de los fundadores de las religiones, transmitidas en términos de revelación sobrenatural, en realidad eran experiencias climax humanas perfectamente naturales”. Y también dice “…nuestros descubrimientos indican que todo o casi todo el mundo puede tener experiencias climax”. Estas experiencias pueden ser tan profundas como para cambiar el carácter de la persona y su visión del mundo para siempre, dan un significado a la vida inexistente antes de la experiencia, y además tienen un efecto terapéutico. 
   Jacobo Grinberg-Zylberbaum, maestro mexicano contemporáno, dice que “La iluminación … acontece cuando la Realidad es percibida sin filtros ni descripciones intermediarias” … “El estado de iluminación no puede describirse, puesto que trasciende el razonamiento lineal… En la iluminación no desaparece la individualidad, sino que se expande para abarcarlo todo.”
   Ken Wilber reconoce que la Iluminación espiritual significa algo diferente según de qué escuela se trate. En el Budismo Theravada y en algunas Tradiciones yóguicas, se refiere a un estado de absorción que es distinto e identificable. Si se equipara la Iluminación a ese estado, es fácil reconocer a una persona que está en el mismo, y por lo tanto concluir que se ha iluminado.  Pero ese no es el objetivo de las Tradiciones no duales, como el Advaita Vedanta, o el Budismo Vajrayana y Mahayana, a las cuales interesa el estado de la Talidad no dual, que no es tanto un estado discreto de conciencia como el sustrato de todos los estados. Ese estado no dual se halla siempre presente, y la Iluminación consistiría en darse cuenta de eso. Las Tradiciones no duales no tratan de cambiar los estados, sino de despertar el reconocimiento. Para ellas nunca se alcanza un punto final en el que se pueda decir “ya estoy iluminado”, porque la Iluminación es un proceso continuo… Para ellas lo único que existe es el Espíritu,  y esta no dualidad es la comprensión inmediata y directa que tiene lugar en ciertos estados meditativos, una percepción que sólo puede verse con el ojo de la contemplación… Hay muchos nombres para ese estado, como Conciencia de Unidad, Sahaj Samadhi, la Barrera sin Puerta (para el zen), Un solo sabor (para el Budismo Tibetano y para Wilber). 

    ¿Y cómo se logran estos sucesivos avances en la expansión de la conciencia, cómo se llega a eso?... De dos maneras: o espontáneamente (es raro, pero no tan raro como podríamos pensar) o mediante una seria y constante práctica espiritual, que casi siempre es de muchísimos años. Esta práctica da lugar a experiencias espirituales de dos clases: experiencias cumbre y experiencias meseta. Las experiencias cumbre son intensas, breves (desde pocos minutos a pocas horas) y sumamente transformadoras.   Las experiencias meseta son más estables y duraderas (hasta varios días de duración) y tienden a la adaptación permanente. Pero transformar una breve experiencia cumbre en algo duradero requiere una práctica prolongada. 
   En el Hinduísmo y el Budismo estas experiencias se llaman samadhi  y han sido clasificadas según las características de la experiencia. El samadhi más elevado de todos se llama sahaj samadhi, son muy pocos los que lo han alcanzado y puede permanecer como un estado definitivo. Todo indica que Sri Ramana Maharshi, el gran místico hindú,  logró ese estado y se quedó allí... El sahaj samadhi no es un estado alterado de conciencia, como los otros samadhis, en los cuales incluso se pierde conciencia del entorno. En el sahaj samadhi la conciencia de ser uno con la Totalidad se ha fusionado con el estado habitual de conciencia. O sea: la persona puede estar inmersa en las actividades normales de la vida, como conversar, comer, caminar, etc. y simultáneamente ser consciente de ser uno con la Totalidad. 
   Ken Wilber (quien practica meditación desde hace muchísimos años) declara haber estado en sahaj samadhi por veinticuatro horas seguidas una vez  y por once días con sus noches otra vez (en este caso se trataba de un retiro). Y dice que –en su opinión- algunos maestros estan ahí en forma permanente, aunque por supuesto no puede certificarlo, dado que los estados de conciencia son algo interno.  
  Todos los estudiosos están de acuerdo en que estas expansiones de la conciencia no pueden describirse adecuadamente, son inefables, y no pueden ser comprobadas por un observador externo. 
  Los estados de conciencia son vivencias internas, y aunque hay signos externos en los grandes místicos, signos de diferentes clases, sus estados internos sólo pueden ser explicados por ellos mismos.  En el caso de Sri Ramana Maharshi, lo que se notaba, lo que sus devotos sentían, era una energía diferente, una irradiación distinta. El Maharshi irradiaba mucha paz, una paz extraordinaria, y las personas que se acercaban a él conseguían algo de esa paz para sí mismos. 

   Por mi parte, puedo testimoniar respecto al padre Bede Griffiths. Él también irradiaba una energía diferente, profundamente amorosa. Y durante el tiempo que pasé en su ashram experimenté una armonía desconocida, extraordinaria. Sin embargo, aunque muchos sentían lo mismo que yo, no todos los que visitaban el ashram lo sentían. Y he hablado con personas que estuvieron cerca de seres reconocidos por su elevada espiritualidad (como el Dalai Lama o Krishnamurti) y no todos coinciden en lo que percibieron en esos seres.

   Algunos estudiosos dicen (como el citado Grinberg-Zylberbaum), que para reconocer a una persona iluminada hay que estar también en algún nivel más expandido. Y ciertos estados de expansión de la conciencia son en algunos casos transmisibles. En el Hinduísmo eso se denomina shaktipat y ocurre cuando un maestro transmite algo de su energía y de sus estados de conciencia a sus discípulos. El famoso Osho transmitía shaktipat a sus discípulos, y Sri Ramakrishna, el gran místico hindú, que solía entrar y salir de estados de samadhi a diario, provocaba con frecuencia  -en los devotos que estaban cerca- algún nivel de samadhi. 

  Y para concluir: ¿Podemos todos lograr esos estados de expansión de la conciencia?... Sí, podemos. 
   Sin embargo, no todos podemos con igual facilidad. Así como cualquier persona puede tocar el piano, pero no cualquiera puede ser un gran concertista, en algunas personas es más fácil alcanzar esa expansión de la conciencia que en otras, y no tiene que ver únicamente con la constancia en la práctica (requisito ineludible para casi todos) sino con una capacidad natural, que aún no está claramente comprendida por los que se dedican a estudiar este asunto. Hay personas que en unos días de retiro alcanzan poderosas experiencias, o incluso que las tienen en forma espontánea, mientras que hay otras que solamente las consiguen después de mucho tiempo de práctica constante.

    Pero como dice un personaje de mi última novela ‒aún inédita‒ que se llama Peregrina en la India, al referirse a su práctica espiritual y al relativo avance que logró con ella: “Lo único que me consuela es saber que todo lo que consiga espiritualmente en esta vida lo voy a llevar a la próxima”.

   Todo esfuerzo por iluminarnos no es en vano, y como sea que la concibamos y la definamos, la Iluminación es la meta más valiosa para todo ser humano consciente.   
   
Fuentes citadas:
     
Ken Wilber                          El ojo del espíritu
                                         Breve Historia de todas las cosas
                                         Diario

Abraham Maslow                 La conciencia mística  (Artículo)

Jacobo Grinberg-Zylberbaum           El sabor de la iluminación

Jack Kornfield                   Sabiduría antigua y ciencia moderna  (Artículo)